viernes, 10 de noviembre de 2023

2023 Curiosity

Probablemente ya me he convertido en la persona menos interesante del mundo. No viajo, no toco música, no me drogo, hago poco deporte, no me gustan los animales, no sé hacer artesanía, no entiendo de mecánica y ya ni siquiera me pongo a escribir.

Vivo solo en una ciudad que no es la mía desde hace 8 años y no tengo ningún amigo, ni siquiera conozco a todos los vecinos de mi portal. Soy peor persona que antes de venir aquí. Sin duda.

En mi ciudad cada vez me conocen menos y los que si, me miran más raro. Ya no te encuentro en los bares, y si te encuentro ni siquiera eres tú. Los portazos ahora son más fuertes y las noches más largas. Mis sentidos se han disminuido y ya no reconozco muchas caras. Echo de menos el confinamiento. Y verte aplaudir a las 8 desde la única ventana de mi cueva. Es la única ventana que me queda sin romper.


Sigo durmiendo y comiendo mal.

Sigo siendo un cobarde.

Sigo muerto por dentro.

Sigo sin estar a la altura.

Sigo sin saber de qué hablar contigo.

Sigo por pura curiosidad. 


https://youtu.be/P4boyXQuUIw?si=2EXmqYO9tAR3xZ-3



*Friendly Reminder: La próxima vez que vengas aquí a escribir recuerda que ahora estás en la mierda, recuerda por qué. Si lo estás leyendo y no lo has escrito tú, me estás leyendo en mi peor momento hasta hoy, no me juzgues.

lunes, 28 de septiembre de 2020

2020

La cadena sigue pesando. 

Ahora son segundos lo que antes eran horas. 

El año sigue perdido. 

Seguimos perdiendo.

Seguimos perdidos.

Quizá nunca nos encontremos.


https://youtu.be/fC10oVwBOkI




lunes, 9 de febrero de 2015

4X01 APRENDER

Solo tenemos que aprender solos a saber, a pensar, a beber, a correr, a hacer. Hacer para saber. Saber hacer. Aprender a saber lo que es bueno no solo probando lo malo. No solo siendo lo malo. Y hacer algo de lo no pensado ya no es ni bueno ni malo. Había que ser lo no decepcionante por encima de todo. Aprender a saber cómo no hacer. Reclamar el valor de no fracasar y no arrastrarse, por favor, no caer en la trampa del victimismo absurdo y penoso. No esforzarse tanto por no fallarse, que mi ya no saber si es que se es así o solo estamos hechos de falsas impresiones de otros y promesas vacías de otro tiempo. Dónde odiosos adioses de dioses y diosas que os y nos consumieron, no fueron para dos dias, sino para siempre. No cómo los nuestros, que vienen con fecha de caducidad. Nuestros adioses son inventados porque lo que queremos son olas de holas y de abrazos. Y de besos mirando por ventanas que no ofrezcan paisajes de hormigón y cielos empedrados en ciudades que evitar hasta mirando el mapa del tiempo. Como se evitaba mirar la causa mientras se lloraba para conseguir un abrazo. Y ahora, por fín se evita vender miseria para conseguirte. Porque así es como se consigue aburrir. Porque así es como todos odian, y así es como todos quieren. Así es como aprendimos a recorrer caminos que no van a ninguna parte y a valorar los buenos, que ahí siguen.

las ganas de inventar


lunes, 29 de septiembre de 2014

3X12 CUENCA-TEXAS

En aquella oficina los días que pasaban como si nada solían ser los  más llevaderos. Era 2010, la crisis galopaba incesante y nosotros conseguimos en un tiempo récord moderados beneficios (siempre poco para la dirección) y ajustar nuestros comportamientos, rutinas y movimientos a los requerimientos de operativas absurdas marcadas por bancos que, demostrando su mala fé innata, tenían como objetivo reducir al máximo los plazos de entrega para secuestrar cuanto antes el alma de sus clientes, para que no tuvieran el más mínimo margen de reacción ante la cantidad de dinero a pagar que se les avecinaba en comodísimos plazos para los siguientes 20 o 30 años. Y la gente se alegraba, dios mío. Estaban a punto de firmar una condena con otra gente cuya máxima empatía es con ellos mismos, y se alegraban. E intentaban engañarme para hacerme creer que su piso costaba mucho más de lo real para endeudarse más. De verdad me parecía increíble el poder seductor que puede llegar a tener el ver en tu cuenta cuatro o cinco ceros más, a sabiendas que lo devolverás con creces. De locos. 

En esa época maduré una teoría sobre el alma, la falta de ella y la necesidad del desalmado de consumir otras que otro día contaré. Otra forma de trabajar (más fácil para nosotros) era el método de subasta, una especie de solución final para los deudores donde dejaban de ser personas en nuestro software para convertirse en un número de expediente, una referencia catastral y un valor de mercado corrompido por cientos de intereses. Y cuando la maquinaria se ponía en marcha era imparable. La operativa implicaba contacto cero con el deudor, que por un lado me vino bien, ya que probablemente me libró de situaciones más que comprometidas, por no decir acojonántemente peligrosas. De una forma cruel, torticera y cobarde, utilizaban sus medios y los nuestros para rapiñar las casas de aquella pobre gente. A veces, cuando paseaba en busca de cualquier piso a punto de ser deshauciado, me imaginaba a mi mismo siendo un detective de los 50 y que en realidad estaba buscando y fotografiando la guarida de alguna banda cubana dedicada al contrabando de tabaco en la época prerrevolucionaria. Con gabardina, sombrero y por supuesto gafas de sol. Otras veces al cruzar Cuenca para visitar hogares de los que ya no quedan, me imaginaba manejando un cadillac en mitad de la ruta 66. A la altura de Texcola, estado de Texas, tuve que parar un día para descansar. Muchas veces me encontré con gente de nuestra misma calaña y a veces hasta parecía interesarles mi cuento chino. Mentí tanto para seguir trabajando que por momentos me lo creí. De verdad recordaba cosas que no pasaron de mis años de facultad estudiando arquitectura. Recordé como me reencontré con ella a 200km de dónde nos conocimos. Y recordé confesarle que ella era el verdadero motivo de mudarme a aquella ciudad, ni el ansiado mar ni mi sueño de estudiar para crear hábitats. Pues nada de eso pasó. De hecho trabajábamos como bestias por poco más del salario mínimo para una gente que destruía y destruye (ya sin mi colaboración) la vida de cientos de personas al día por mera codicia. Y lo siento mucho.

Ya puedo decir que se saltaban las lágrimas cada vez que volvía de algún viaje imaginario. Cuando en casa y con el apoyo de los míos bebía y vomitaba todo lo que vivía e imaginaba quien era esa gente para borrarla enseguida de mi mente. Para no hacerme daño. Espero de verdad que todos estéis bien y sigáis jugando al baseball los domingos o que hayais podido sobornar a todos los guardacostas del Mar Caribe para vender vuestro tabaco de importación de La Habana a Nueva York, pasando como no por Miami. 

Por mi parte, yo cambié de carrera y ahora vivo otro sueño que es muy distinto de aquel otro y que sigo perfilando cada día para encontrarme cuanto antes compartiendo el tiempo con lo mejor que he conocido, ya sea en interior, exterior o entreplanta. Y con vistas hacia las suyas, porque todo lo que ella mira se vuelve bonito, sobre todo si la refleja.


#eneluniversotodosigueigual

martes, 23 de septiembre de 2014

3X11 SAFE AND SOUND

Me hace gracia escuchar canciones de cuando no existías, se parecen tanto a ti, a tu forma y a tu yo, que asusta la premonición. Me advierten de no enseñarlas demasiado, para que por una vez sean sólo mías y nadie, ni por casualidad, risa o suerte pueda descubrirlas y dejarme con cara de gol injusto en el minuto 90. Y me pasa porque todavía no te cansaste de aprender y/o instruir conmigo ciencias que nunca dominaremos del todo en aulas que en realidad nunca tuvimos pero que, cuando no improvisamos, esperamos encontrar con la confianza del ciego que sabe que llegará sano y salvo a la siguiente estación. Aunque se interpongan millones de personas o kilómetros cuadrados de letras superpuestas en ladrillos del tamaño de Bombay. O en decorados de cartón piedra de todo menos decorosos. Y sin parar a respirar fuimos, vamos, venimos e iremos sabiendo desde ya que nunca será suficiente, como tan bien sabemos desde que pedimos a la noche que enmudecí que nos viéramos. Y ya existimos, como quisimos, porque hasta eso somos ahora.


You know my river won't evaporate


viernes, 8 de agosto de 2014

3X10 MODO AVIÓN

Sólo quise volar para ver las nubes desde arriba. Por una vez estar por encima y someter, juzgar y jugar con su destino nublándolas, ensombreciéndolas, en ocasiones humanizándolas para que vivieran días más penosos y en otras embruteciéndolas cuando imploraran mi presencia para calmar su sed o calor. No les evitaría la evaporación inherente al cargo de nube. Estoy indeciso todavía sobre si sería conveniente aparecer o no para ocultar el sol en un momento determinado. En principio, y antes de pasar a la acción, me limitaría a ejercer toda la presión que pudiera sobre ellas y como alternativa, sugerir escalar montañas para que el mal de altura compensara mi mala fé. Quizá por eso la gente se obsesiona con subir al cielo escalando, siendo mucho mas práctico y sencillo volar, vivir en horizontal o evaporarse. Pero suben, aunque sea para tirarse de cabeza a 10.000 metros de altura. O suben para buscar a quien les inspire el valor suficiente para hacerlo. O para encontrar a quien les haga saltar chispas y generar las tormentas eléctricas que, irremediablemente, caigan sobre otros o sobre ellos mismos en forma de incendio devastador. O quizá suben para esperar girar en un abrazo inesperado tan potente que un tornado envíe a la perdición todo lo que ya no se quiere y aunque esté ahi, anclado ferozmente al suelo, esperar que salga despedido sin mas.

Modo avión


viernes, 25 de julio de 2014

3X09 CIELO

El cielo sin horizonte es un infinito azul amorfo, impersonal y desolado. 
Por eso me da miedo mirarlo a los ojos, 
para no salir despedido del suelo y evitar que me atrape en su red infinita. 
Porque el cielo sin horizonte es un amor de verano que dura demasiado, 
donde todo está lleno de todo hasta que nada ocupa todo. 
Así que ahora y si te parece bien, 
en todo el trecho que va de tenerte a tenernos, 
que recorrerá nuestro aliento como la pólvora cuando busquemos encontrarnos, 
escribiremos una nota en cada poste de cada cruce para no perdernos,
para fijarnos un punto de referencia que no nos vuelva locos en este pequeño universo.


Dónde estarás